Una Mirada a la Crisis que Cambió el Rumbo de la Economía Mundial

Tras la lectura del libro “Camino a la Utopía: Una Historia Económica del Siglo XX” de James Bradford Delong uno de los economistas más influyentes de este siglo, además de profesor de economía en la Universidad de California en Berkeley y apasionado de ella. También es un investigador asociado en la Oficina Nacional de Investigación Económica, ha servido como secretario general adjunto del Departamento del Tesoro en la Administración Clinton e investigador visitante en el Banco de la Reserva Federal de San Francisco.

Este libro es un extenso y amplio recorrido por la historia de conflicto y riqueza que acabó con milenios de pobreza generalizada. Nos ayuda a entender cómo la economía de mercado visto desde varios puntos de vista, transformó el mundo y por qué a pesar de los avances, no llegamos a la utopía deseada y nos hace reflexionar sobre si esta utopía llegará o existirá en algún momento. 

En esta entrada de blog nos centraremos en uno de los momentos que este autor enuncia, la Gran Depresión (1929-1933), una depresión más dura y más prolongada que cualquier otra. Fue desencadenada por una serie de factores interrelacionados, incluyendo la caída abrupta del mercado de valores de Estados Unidos el 29 de octubre de 1929, conocido como el "Jueves Negro", seguido por la disminución de la producción industrial, el aumento del desempleo y la contracción del crédito. El desplome abrupto de los precios de las acciones llevó a la quiebra a numerosos inversionistas y bancos, desencadenando una cascada de consecuencias que se expandió por todo el mundo.

Esto afectó a todo el mundo, desde Estados Unidos hasta Europa, Asia y África. La disminución del comercio internacional y la contracción de la producción industrial sumieron a las naciones en una espiral de recesión económica. Millones de personas perdieron sus empleos y hogares, lo que generó un aumento significativo en la pobreza y la desigualdad. La tasa de paro aumentó hasta alcanzar a casi la cuarta parte de la fuerza laboral estadounidense. La vida cotidiana se volvió una lucha constante por la supervivencia, con largas filas en busca de alimentos y refugio. Los políticos esperaban que la recesión se autorregularse, creían que el sistema se adaptaría bajando precios para asumir la nueva situación y permitir el ajuste como en situaciones anteriores pero esto no fue así, algo fallaba. 

A pesar del sufrimiento que causó, la Gran Depresión marcó un punto de inflexión crucial en la historia económica. Las lecciones aprendidas durante este período llevaron a reformas significativas y sentaron las bases para las políticas económicas modernas. La importancia de la regulación financiera, la red de seguridad social y la necesidad de intervención gubernamental en tiempos de crisis se convirtieron en pilares fundamentales para evitar catástrofes similares en el futuro.

La Gran Depresión dejó un legado imborrable en la conciencia colectiva, recordándonos la fragilidad de los sistemas económicos y la necesidad de medidas preventivas y soluciones eficaces para salvaguardar la estabilidad financiera y el bienestar de las personas en todo el mundo.


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